jueves, 17 de junio de 2010

Ejercicio N.26 El Hombre Tarta



Fumaba pesado,
denso y tuerto.
Con amarillo en los dedos.
Menos los dos de su frente.

Engañó a nosecuantos.
diciéndoles que era famoso.
Por no hacer nada.

Entonces se hizo, a sí mismo.
A base de una gran tarta
ácida y agria.
Que se escurría.
Que caducaba.


Dejó de engañar
y se convirtió en anónimo
denso y ciego.
Fumando velas,
con letras de ánimo,
con números de aniversario.

A partir de entonces,
por mucho que le duela admitirlo.
Dejó de fumar pesado,
denso y tuerto.
Amarillo entero por fin.
El hombre tarta.



Desastre.