Otoño caído y sucio.
Lleno le ligas y cuerdas.
Que entre tus piernas seducen a un alevín.
Sobreexcitado y mudo del sentido.
Secretos en cielos de nubes lejanas.
Tan rotas y apagadas.
Como la luz que habita en tu boca.
Escupe al alevín roto por el miedo.
Y saca su cuerda atada al útero.
Con un sonido de bolero le marca
la distancia apropiada
el tempo que corresponde.
Otro caído y sucio.
Sin luz entre pecho y boca.
Otoño lleno de saña.
Extenuado por el recuerdo.
despoetadesastre.
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